No es casualidad que la derecha sea minoría dentro de la Convención luego de la derrota que sufrieron en las últimas elecciones, ya que son parte de los partidos de los 30 años más cuestionados, sobre todo desde la rebelión, como los de la ex Concertación, quienes mantuvieron intacta la herencia de la dictadura en Chile.

Si bien la Convención se ha manifestado con una declaración a favor de la libertad de las y los presos políticos, y dejaron fuera los 2/3, -que son parte de las decisiones que preocupan a la derecha-, la Convención sigue manteniendo el respeto por los poderes constituidos y el acuerdo del 15N. Es esto lo que le sigue conviniendo a la derecha, quienes aún gobiernan y tienen el poder económico.

Además, particularmente desde el Frente Amplio, no es que se han mostrado verdaderamente opositores a la misma derecha dentro de la Convención, es más, hace unos días votaron de conjunto no tocar los dos tercios, cuestión que no lograron.

En este sentido cabe preguntarse si va a ser posible conquistar derechos fundamentales como salud gratuita, educación de calidad, pensiones dignas, si no se enfrenta realmente a los sectores más conservadores del país, quienes van a buscar oponerse férreamente a los cambios profundos que se quieran realizar como lo viene demostrando Cubillos.

Para ello, es necesaria la fuerza de las y los trabajadores, mujeres y jóvenes luchando en un Frente anticapitalista porque la Convención se declare soberana y rompa con el Acuerdo por la Paz, exigiendo a los grandes organismos de trabajadores y estudiantes que rompan la tregua con el Gobierno y convoquen a una gran movilización en las calles para dar esta pelea. Con un programa socialista y revolucionario que busque la independencia de clase, sin ninguna alianza con los partidos tradicionales y los empresarios.