Sabemos que las tazas de desempleo han ido en aumento y baja durante años, pero hoy con la pandemia del covid-19 esto ha quedado más en evidencia mostrando altos índices de desempleo a los largo del país; esta vez fue el turno de personas entre 30 y 44 años.
En la ciudad de Antofagasta hay un índice de desempleo crónico que ha estado por años, llegando actualmente al 10,8%, por sobre la media nacional. Según datos aportados por el ultimo boletín del Observatorio laboral de Antofagasta, en un transcurso de 12 meses, el empleo en un grupo de personas entre 30 y 44 años retrocedió en un 8,7% en la región.
El boletín señala que la pérdida de empleos en la región de Antofagasta fue de 23.504, mientras que a lo largo del país disminuyó en 996.761 personas, a lo largo de un año.
En la región de Antofagasta el índice de desempleo si lo dividimos entre géneros, asciende a que cerca de 8.583 hombres perdieron su empleo, es decir, el 4,7%. Mientras que las mujeres ascienden a 14.921, el 11.4% de la caída total de empleos.
Algunos sectores más afectados fueron la explotación de minas y canteras con una caída de 8.758; la construcción con 4.861; transporte y almacenamiento con una caída de 2.768.
Además se detalla que en la región de Antofagasta cerca de 24.277 personas se registran con solicitud al seguro de cesantía, mientras que 11.352 personas tienen derecho al fondo de cesantía solidario. Por lo que en total el número asciende a 35.579 personas, representando a cerca del 3,1% del total del país.
El desempleo por la pandemia ha ido en acenso y hoy los grandes empresarios se siguen llenando los bolsillos a costa del pueblo trabajador y pobre, mientras que los políticos siguen aprobando leyes que benefician a estos grandes empresarios.
Por eso es importante luchar por un plan de emergencia con impuestos extraordinarios a las grandes fortunas, para solventar sueldos de emergencia acorde a la canasta familiar para quienes se encuentran cesantes, la implementación de medidas como la reducción de la jornada laboral a 5 días a la semana, 6 horas diarias, sin rebaja salarial, para así dividir el trabajo entre ocupados y desocupados, y medidas como un sueldo mínimo de 550 mil pesos, junto a la prohibición de los despidos por ley.